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Esta obra es de Joseph Chuñe Rios bajo licencia de Creative Commons.

domingo, 20 de octubre de 2013

Ese Escrito

Hace unos días me vino a la mente esa semana precisa en donde todo se volvió tan turbio. No podía ver ni a un metro de las decisiones que tomaba. Se nublo todo con tanta rapidez que en medio del camino te confundí con otra persona. Fue tanta la negrura de la noche que no existían las estrellas ni la luna en ese cielo extraño. Pensé que ese seria un nuevo motivo para poder escribir y así lo hice.

Decidí encarecidamente que era justo y necesario escribir los motivos por los cuales en ese tiempo significabas tantas emociones, sentimientos y sobretodo alegrías. El titulo fue algo sugerente, un encabezado que diga directamente lo que después tendrías que leer hoja por hoja. 100 motivos para amarte, así de simple y de sencillo. El tiempo que me tomara para escribir no importaba tenia la seguridad de tener el reloj a mi favor. Que error tan garrafal el mio. Como lo dije, no podía ver con mucha claridad.

Al poco tiempo de haber empezado a escribir, nos despedimos sin mas remedio y sin tener nada en claro y decidido a que supieras lo que tenia en la mente. Tome aire para hacerlo mas fácil fue entonces cuando el crujir de las hojas de mi viejo cuaderno sonaron siendo el preludio de muchas situaciones mas que se empezarían a romper.

Con la rapidez como sucedió la despedida, con esa misma rapidez te entregue las hojas dobladas en muchas partes. No termine de escribir el por que de tantas cosas, te entregue escritos inéditos de los cuales ahora no tengo memoria. En esa carta, la cual ahora califico como tal, recuerdo haber puesto solamente ocho cosas y unas tres o cuatro horas de escritos remojados en agua de sal.

Tengo que decirte algo ... A pasado el tiempo y algunas veces me respondo tantas cosas que en ese momento yo no podía. Como a pasado el tiempo y como dice Nicomedes Santa Cruz "A cocachos aprendí".