Viernes fin de semana,una noticia trágica alboroto mi corazón, por el teléfono escuchaba la voz quebrada de un amigo hermano, el tono con lo que me decía me hizo recordar que cuando me sucedió lo mismo también llame a una persona importante para mi. Le pregunte donde estaba me indico el lugar y salí inmediatamente a su encuentro.
Llegué al lugar donde me indico, lo encontré sumido en la desesperacion y la negación de la situación en la que se encontraba, nos abrazamos y por primera vez en toda la vida que lo conozco lo vi llorar. Las palabras que había pensado decirle en ese momento tal vez para darle algún consuelo simplemente no las podía expresar, pareciera que no existieran palabras correctas para crear consuelo.
Pasado un tiempo emrrumbamos a su casa, en la clínica nos había dado el alcance otro amigo hermano, lo abrazo y nos fuimos los tres para ayudar a arreglar la casa, otro cuadro mas estremecedor que el de mi amigo, la pareja de toda la vida se negaba a creer que su compañero había partido, siendo el dolor mas grande no haberse podido despedir de el. Se arreglo la casa con ayuda de otras persona esperando la llegada de los restos del abuelito querido que físicamente ya no estaba con nosotros.
En ese momento nosotros buscamos respuestas y lugares o personas que nos den tranquilidad para poder confortar nuestra alma doliente, fuimos a una iglesia en busca de una persona cercana a Dios, no la encontramos fuimos a casa de la pareja de mi amigo, estuvimos un rato y lo llamaron diciendo que ya estaban llevando al abuelito a la casa, tomando el medio de transporte para su casa me digo que no quería llegar pues tenia miedo de ver la escena tan triste de ver dentro del féretro a su abuelito. Casi llegando asu casa, bajamos una cuadra antes y caminamos despacio; cuando llegamos ya habían instalado el féretro.
Nuevamente la esposa del abuelito se ahoga en las lágrimas y el llanto; la familia expresaba su dolor del mismo modo; empezaron a llegar los amigos, conocidos y vecinos allegados a la familia; amistades que cada uno esperaba habían llegando poco a poco, las muestras de aprecio y de consuelo no se hicieron esperar, demostrando a la familia que no estaba sola, pero por mas compañía uno tenga en esos momentos la tranquilidad siempre tiende ser de corto periodo.
Día Domingo en la mañana hora del funeral, mi amigo hermano me digo hace dos días atrás que no quería ir, que no soportarían ya no ver mas a su abuelito, pero en ese momento el valor emana de donde no hay mas fuerza y la familia en conjunto te da esa la fortaleza necesaria para estar ahí presente, la despedida fue muy emotiva, las lágrimas una vez mas ahogaron a todos, como dicen algunos tenían la procesión por dentro pero en esa la ultima morada del abuelito, todos mojaron sus mejia del salado sabor de la tristeza.
Una vez dentro del lugar destinado para el, acercose su compañera y le digo estas palabras que hasta el día de hoy resuenan en mis oidos,... hasta luego Osquitar, te he acompañado hasta el final, aquí estoy aquí estoy... cuidate, cuidame, cuidanos Osquitar, chau Osquitar.
Tengo que decirte algo... Si dicen que todo lo malo que se hace acá se paga acá mismo, entonces al final de nuestras vidas solo queda lo bueno y el premio final seria el cielo; pero ni los mas bueno de esta tierra desean morir para conocer el cielo, solo nos queda tratar de entender el por que Dios en su omnisapiensa nos envía este tipo de pruebas y recordar que El nunca nos dará una prueba que no podamos superar y soportar. Siempre en las buenas y en las malas las amistades unidas a nosotros en el momento adecuado significan mucho. Se te quiere hermano Jc.
